Al contrario de lo que cabría esperar, no es un barco con un montón de objetos encima, sino un yate construido con más de 1.200 objetos de madera, cada uno con su propia historia y carga emocional. Es una historia sobre los Juegos Olímpicos de 2012 y este yate de trabajo fue idea de artistas deseosos de crear vínculos entre la gente, entre la historia de la navegación de la comunidad del sudeste de Inglaterra y las regatas olímpicas.
De hecho, el yate es una obra de arte y sus comisarios son Gregg Whelan y Gary Winters, dos jóvenes artistas ingleses, miembros de la compañía Gemelo solitario. La idea de construir el barco surgió en 2000, cuando estaban en Noruega con otro proyecto artístico. Este proyecto pretendía que la gente cruzara puentes para unirlos. Hubo incluso un viaje de ida y vuelta a través de un puente con los lugareños, donde hablaron de cruzar, del agua, de los barcos y de cómo pueden crear conexiones entre las personas.
De estas conversaciones surgió la idea de construir un barco para conectar a la gente con algo. Durante varios años el proyecto estuvo ahí, en algún lugar de mi mente, esperando el momento adecuado. Llegó en 2009, cuando los dos artistas solicitaron financiación del programa Olimpiada Cultural, un programa cultural que acompañó a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2012 en el Reino Unido. Fueron aceptados y así empezó la aventura.
El proyecto consiste en reunir objetos de madera con un significado especial y utilizarlos para construir un yate que se botaría en mayo de 2012. Navegaría por la costa de Inglaterra durante tres meses. También había que escribir la historia de cada objeto y todas las historias conformarían un libro que se botaría con el yate.
En 2011, de febrero a agosto, Welan y Winters recorrieron el sureste de Inglaterra invitando a la gente a donar objetos de madera con un significado especial. Consiguieron reunir más de 1.200 objetos tan diversos y especiales como una astilla de una guitarra de Jimi Hendrix o partes de famosos barcos antiguos.
Había perchas, juguetes, trenes con raíles, guitarras y otros instrumentos musicales, herramientas. Uno de los más preciados era un mástil de un viejo barco que navegaba por el Támesis. De él se cortaron cinco círculos, los círculos olímpicos, que se montaron en la puerta del camarote.
Para construir el yate se contrató a un diseñador y a 4 constructores profesionales, dirigidos por Mark Covell, experto navegante y ex medallista olímpico de plata. Trabajaron durante 8 meses, durante los cuales se cortaron, mecanizaron, lijaron y pegaron todos los elementos reunidos para hacer un barco. Así fue y el yate, de 10 metros de eslora, se botó el 7 de mayo de 2012 en Chichester. Entre el 18 de mayo y el 11 de agosto navegó por la costa desde Hayling Island hasta Weymouth, sede de las regatas olímpicas.
El proyecto de Gregg y Gary ha conseguido unir a una comunidad con fuertes lazos con la náutica y la navegación en un lugar con una larga historia de construcción naval. Al donar esos objetos llenos de recuerdos, se creó la emoción de participar en un proyecto así y la idea de que nunca se perderán, atrapados para siempre en un símbolo de las Olimpiadas.
(fuente: theguardian.com)
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