A menudo nos encontramos con que un mueble antiguo, una pieza de decoración de un color muy vivo o una lámpara especial que contrasta con el estilo de la habitación, encajan a la perfección para completar la decoración. De hecho, es precisamente ese objeto tan diferente el que da personalidad al lugar, sacándolo de lo común. Objetos pertenecientes a estilos diferentes se realzan mutuamente, construyendo juntos un espacio único y con estilo. Este es el estilo fusión del diseño de interiores, un estilo que depende en gran medida del gusto y la personalidad del interiorista.
Cuando surgió la fusión
Sobre el estilo fusión (que se traduce simplemente como mezcla) algunos dicen que surgió en los 80, otros lo sitúan en los 90. Los que se decantan por los 80 lo relacionan con Movement 8, un movimiento iniciado por Antonio "Budjy" Layugdiseñador filipino con estudios de diseño en Estados Unidos. A Layug le fascinaban las tradiciones populares de su país y las incorporó a sus muebles. Junto con otros colegas, decidió introducir un nuevo estilo de diseño de interiores: la fusión, que combina varios estilos.
Los que lo dan como los años 90, lo relacionan con la introducción del interiorismo en Estados Unidos, elementos tradicionales de África, América Latina, Oriente Próximo y Asia. Aunque proceden de países muy diferentes en cuanto a tradición y cultura, se complementan muy bien y han dado origen al estilo fusión.
Independientemente de cuándo surgió por primera vez, lo cierto es que el estilo se ha ido recogiendo y desarrollando, y es apreciado por su versatilidad. Ha habido años en los que ha dominado el diseño de interiores -2015, por ejemplo-, pero nunca ha desaparecido del todo. Los creativos vieron en él la forma perfecta de materializar su imaginación en la creación de un espacio vital elegante y confortable.
Un estilo que depende del gusto y las elecciones del diseñador
El estilo fusión es propio de quienes deciden experimentar con ideas para crear el espacio perfecto para ellos, según sus ideas, estado de ánimo y creencias. Las habitaciones decoradas de este modo son acogedoras y atractivas, aunque las ideas utilizadas son atrevidas, a veces incluso locas.
El estilo aúna lo antiguo y lo nuevo, los colores pastel y los atrevidos, las líneas rectas y las curvas, los focos y las lámparas de araña, lo moderno con lo clásico y lo tradicional. La fusión combina cosas que parecen imposibles de combinar. Y el resultado es armonioso, acogedor, con personalidad.
Una ventaja de este estilo es que incluso soluciones baratas pero atractivas y elegantes pueden utilizarse para crear un resultado inesperado. Una alfombra vieja, un cojín ribeteado en seda, una lámpara vintage o un objeto antiguo pueden convertir un espacio sencillo en precioso, extravagante, incluso lujoso.
Es un estilo que se adapta muy bien a los apartamentos, ya que es más sencillo de conseguir. Una casa tiene un estilo determinado desde el principio y puede ser difícil secuestrarlo. El dormitorio, el salón o incluso todo el piso son mucho más fáciles de transformar.
Características de estilo
El estilo fusión es un estilo sencillo, acogedor y con ligeros toques preciosistas y, aunque parece no tener reglas, hay ciertas características que lo definen. El estilo aúna dos atributos que parecen imposiblemente cercanos: lujo y sencillez.
Armonía es lo que rige el estilo. Todos los elementos del estilo -materiales, colores, texturas, formas- deben estar en armonía. Nada debe resultar forzado ni agresivo. Los elementos deben complementarse y fundirse a la perfección con la decoración.
Simplicidad. Aunque haya una pizca de lujo, no tiene por qué provenir de objetos lujosos, sino de cosas sencillas que han adquirido su valor por su antigüedad, calidad o aspecto.
Colores fuertes en armonía con el lugar. Los colores propios de este estilo son el verde, el amarillo, el naranja, el rosa y el dorado. Aunque son colores fuertes, no son recargados, dan vida al espacio sin agobiar.
Utilización de tejidos preciosos. Es la forma de añadir un poco de elegancia sin utilizar materiales ni objetos caros. Cojines decorativos con cara de seda, una alfombra persa antigua bien cuidada, cortinas de terciopelo pueden dar estilo al lugar sin añadir la rigidez de los espacios lujosos.
Sentido de la proporciónes importante para conseguir un espacio agradable. La línea que separa la elegancia acogedora de una agresiva falta de gusto es muy fina. El estilo de fusión debe aportar placer y disfrute, no epatar ni ofender.
Utilizar objetos de época y antigüedades. Es el estilo perfecto para dar una nueva vida a las cosas viejas que amas. Vienen con sus propias historias y ayudan a crear la atmósfera que deseas. También son los que dan "peso" al espacio. Un viejo reloj de bolsillo, un jarrón, un pequeño botiquín antiguo, harán que un espacio mundano tenga encanto y personalidad.
La fusión es el estilo que muchos de nosotros adoptamos sin darnos cuenta cuando diseñamos nuestro espacio para convertirlo en ese lugar al que llamamos hogar. La mezcla armoniosa de lo antiguo y lo nuevo, las texturas que disfrutamos tocando, los colores que aportan vida sin ser chillones, el ligero toque de brillo, todo "dibuja" este estilo que describe nuestra personalidad.
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