A partir de 2021, la norma NZEB será obligatoria para todos los edificios de nueva construcción para los que se haya concedido licencia de obras después del 31 de diciembre de 2020. Esto significa que todos los edificios que se construyan a partir de ahora deberán ser edificios de consumo de energía casi nulo (nZEB: near Zero-Energy Building), es decir, muy eficientes desde el punto de vista energético. Otro requisito es que este requisito de energía muy baja se satisfaga en la medida de lo posible a partir de fuentes renovables. Si hasta ahora cada uno gestionaba su consumo de energía a su manera, ahora la casa debe diseñarse para satisfacer Requisitos de la UE y las del Ministerio de Desarrollo Regional y Administración Pública. Ya no se trata sólo de lo que cada uno de nosotros piense sobre el consumo de energía y el pago de las facturas, sino de una exigencia a escala europea de proteger los recursos y reducir la nocividad de la quema de combustibles fósiles. En las nuevas casas que construyamos utilizaremos menos energía para calentar el aire, el agua, la refrigeración, el aire acondicionado y la ventilación. ¿Cómo podemos conseguirlo? Construyendo casas bien aisladas y selladas para que las pérdidas de energía se reduzcan a cero.
Qué hace que una casa sea eficiente energéticamente
Para que un edificio sea lo más eficiente posible desde el punto de vista energético, debe tener una envolvente hermética. Debe estar muy bien aislado, tener ventanas y puertas de alto rendimiento, estar orientado de forma que se beneficie de la ganancia solar en invierno y disponer de sistemas de ventilación con recuperación de calor. La casa pasiva es actualmente el concepto de edificio más eficiente desde el punto de vista energético y una referencia en la construcción de casas de bajo consumo energético. Las casas pasivas se construyen en todo el mundo, pero en Rumanía ya existen casas de este tipo, algunas de ellas con certificaciones del Instituto Passivhaus de Alemania.
La certificación de casa pasiva se recibe si se cumplen determinados criterios. Se realizan mediciones para determinar la eficiencia energética de la casa, pero también para determinar las ventajas de confort interior para sus habitantes. Uno de los requisitos es una elevada estanqueidad al aire. Para determinar la estanqueidad de la casa, se realiza una prueba específica llamada prueba de fugas o prueba de soplado (descrito en detalle más adelante). Según esta prueba, una casa pasiva debe tener menos de 0,6 turnos/hora. Para que te hagas una idea de la diferencia, Zecaph -diseñador y consultor de eficiencia energética según la norma de casas pasivas- dice que ahora, en Rumanía, una nueva construcción cae entre 5 - 26 cambios de aire por hora.
¿Cuáles son las ventajas de una casa bien sellada?
La principal ventaja es la reducción de los costes de calefacción y refrigeración. La excelente estanqueidad significa que no hay intercambio incontrolado de aire entre el interior de la casa y el exterior. Ese intercambio supondría también una pérdida de calor del interior al exterior en invierno, o una entrada de calor del exterior al interior en verano. La diferencia de temperatura entre el interior y el exterior hace que el aire se mueva, circule, y una casa no estanca permite el intercambio con el exterior. Como resultado, el confort térmico interior disminuirá, y se necesitará un consumo energético adicional para devolverlo al nivel deseado. Este consumo adicional se reflejará en sus facturas.
Otro inconveniente del intercambio incontrolado de aire entre el interior y el exterior es la condensación. El movimiento incontrolado del aire también afecta a la humedad interior. La humedad extra del aire puede condensarse en zonas donde no hay aislamiento térmico o se interrumpe porque allí las paredes son más frías. La humedad permanente provoca la aparición de moho. Existe la idea errónea de que una buena estanqueidad favorece la condensación. No es así. Las láminas utilizadas para el sellado permiten la salida del vapor de agua, pero no la circulación del aire.
Si las pruebas demuestran que el edificio está bien sellado, la casa tendrá sin duda un alto nivel de aislamiento acústico y usted tendrá la garantía de que el trabajo in situ se ha ejecutado bien y la construcción no tiene defectos ocultos.
Cómo sellar la casa in situ
Para sellar perfectamente el edificio, se utiliza una lámina que debe instalarse de forma continua en el interior, es decir, en la cara interna de todas las paredes, el tejado y sobre el forjado de hormigón. Los especialistas en diseño tienen una regla -la regla del lápiz o del lápiz rojo- para determinar un sellado perfecto. La regla dice que, en una sección del proyecto de la casa, se debe poder pasar el lápiz sobre el sellador sin levantarlo del papel.
Para que el sellado sea perfecto, el equipo de instalación debe prestar mucha atención a todas las juntas entre las láminas de sellado. Las láminas se solapan y se pegan con cinta adhesiva especial. Hay zonas sensibles, como alrededor de puertas y ventanas, y balcones que tienen una plataforma exterior, donde el sellado debe hacerse con sumo cuidado. Además, el personal de instalación debe trabajar con cuidado para asegurarse de que las penetraciones realizadas para instalar las tuberías no dañen la lámina de sellado.
Para demostrar que la película ajustada es continua, sin fugas que den lugar a fugas de aire, se realiza la prueba de la puerta soplante.
Prueba de estanqueidad oprueba de puerta soplante o elpuerta del soplador. ¿Por qué es necesaria la prueba de la puerta soplante?
Esta prueba comprueba la estanqueidad del edificio, la calidad de los trabajos realizados e identifica las zonas con problemas de estanqueidad, por donde se filtra el aire, para ponerles remedio. Las zonas vulnerables son las situadas en las juntas de los componentes de la envolvente, las ventanas, las puertas, en las penetraciones de tuberías o en las rutas eléctricas. La prueba de estanqueidad al aire se realiza para medir la estanqueidad al aire de una casa y responde a dos preguntas: "¿cuánto aire entra o se pierde de la casa?" y "¿adónde va?".
Para la prueba, se instala herméticamente en el hueco o dentro de una puerta exterior de la casa una puerta soplante que incorpora un potente ventilador. La estanqueidad se garantiza con una lámina flexible que sella el hueco de la puerta donde está instalado el ventilador. El ventilador sopla aire hacia dentro o hacia fuera y crea así una diferencia de presión entre el interior y el exterior de 50 pascales. Las mediciones realizadas durante la prueba tienen por objeto determinar el valor n50, que muestra el número de cambios de aire por hora a una diferencia de presión de 50 Pa. Este valor permite detectar fugas mediante un anemómetro (instrumento de medición de la velocidad del aire), una máquina de humo o un termoscaner. Durante la prueba, un auditor puede ver desde el exterior de la casa qué zonas tienen fugas de aire. Los lugares donde se detectan fallos de instalación o problemas de fugas suelen ser alrededor de ventanas, puertas, en la unión entre elementos de la casa (paredes/tejado) o en zonas donde los cables o tubos de fontanería penetran en las paredes. Con la termografía y el generador de humo se localizan incluso las pérdidas de calor o diferencias de temperatura más pequeñas mediante la prueba de la puerta soplante. Además de estas observaciones cualitativas, la puerta soplante también proporciona una medición cuantitativa de las fugas de aire de una vivienda. A partir de los datos recogidos, se pueden estimar las pérdidas de energía del edificio e introducir mejoras.
Lo ideal sería realizar dos pruebas de puertas soplantes durante la obra, una en una fase intermedia de la construcción y otra al final. Sin embargo, la prueba de referencia es la que se realiza al final, cuando la construcción está terminada y se dan los últimos retoques. Esta prueba es obligatoria para obtener la certificación de casa pasiva.
¿Por qué es importante sellar la casa?
Sellar la casa se considera una de las formas más eficaces de reducir el consumo de energía para calefacción y refrigeración. Si la envolvente de la casa está sellada, no hay intercambio incontrolado de aire entre el interior y el exterior de la casa. Si lo hubiera, se perdería aire caliente del interior y entraría aire frío del exterior. O viceversa, según la estación. Recuperar el nivel de confort deseado requerirá un consumo de energía adicional, que se reflejará en sus facturas. Puesto que queremos costes de calefacción bajos, es esencial que no haya pérdidas de calor. Además de los elevados costes de calefacción y el malestar térmico en la vivienda, una envolvente con fugas crea muchos otros problemas. El intercambio incontrolado de aire entre el interior y el exterior puede provocar condensación y el consiguiente crecimiento de moho que, con el tiempo, alterará los materiales de construcción, el aire de la casa y la salud de sus habitantes.
Un sellado correcto y eficiente de los edificios tiene ventajas que aumentan la durabilidad de la casa, mejoran el confort y la calidad del aire. Hay que tener en cuenta que cualquier lugar por el que se pierda calor puede suponer una diferencia en el coste y el confort. Cualquiera que esté pensando en construir, comprar o reformar una casa debería plantearse realizar pruebas de estanqueidad.
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