El otro día, al pasar junto a dos jóvenes que charlaban sobre fútbol, partidos y otros temas de temporada, oí a uno de ellos decir "toco madera". Me di cuenta de que uso y oigo esa expresión muy a menudo, pero nunca había pensado de dónde viene.
Utilizo la expresión por superstición, para alejar la mala suerte o las consecuencias desagradables de determinadas acciones. A veces advierto al interlocutor, casi como un reflejo verbal, que toque madera cuando dice algo que no quiere que ocurra. Yo toco madera discretamente cuando oigo hablar de una tragedia o de alguna predicción funesta. Estoy seguro de que muchos de ustedes hacen lo mismo. Por eso se me ocurrió averiguar más cosas sobre la expresión.
Se desconoce el origen de la expresión, pero algunos autores apuntan a rituales paganos, cuando se creía que los espíritus o deidades vivían en los árboles. Al golpear la madera, se les invocaba en busca de protección y para alejar el mal. También se utilizaba como gesto de agradecimiento cuando los espíritus traían bienestar y buena suerte.
La importancia de la talla de madera en otros pueblos
En el folclore irlandés se toca la madera para agradecer buena suerte a los duendes que viven en su interior. Los griegos veneraban el roble porque era el árbol sagrado de Zeus y los celtas creían que los espíritus vivían en los árboles. Tocar estos árboles traía buena suerte.
Como muchas creencias paganas, la superstición ha pasado a formar parte de la fe cristiana. Algunos la asocian con la cruz. La versión judía del origen de la expresión se remonta al siglo XV, durante la Inquisición. Los judíos se refugiaban de los inquisidores en sinagogas ocultas construidas con madera. Cuando los recién llegados querían que les dejaran entrar, golpeaban un código en la madera, conocido por los de dentro. Así se salvaron muchas vidas y el acto de golpear la madera se ha mantenido como un gesto de buena suerte.
La expresión en sí es relativamente moderna. En el Reino Unido, el dicho tiene la forma "touch the wood" (tocar madera) y los registros al respecto se remontan a 1899. El equivalente estadounidense - knoch on wood - es aún más reciente, pues aparece por primera vez en un documento de 1905.
Ahora vemos la expresión en todas partes: en el lenguaje cotidiano, en objetos decorativos, en la literatura, incluso en la música.
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