En Steve Blanchard comenzó a aprender el oficio de tallista con motosierraSus primeras obras fueron árboles en miniatura. Como otros colegas hacían lo mismo, sintió la necesidad de hacer algo diferente. Cuando le dijo a su mentor que quería añadir ramas a los árboles, éste le contestó que era imposible. Pero para Steve, la idea de que algo fuera imposible le hizo aún más ambicioso. Mientras sus compañeros hacían ardillas, él ponía ramas en el árbol. Siguió añadiendo osos, ardillas, indios, enanos, espíritus del bosque hasta que, 15 años después, había añadido ramas al árbol y había acabado con unas preciosas casitas sacadas directamente de un cuento de hadas. Y no mucho más tarde, las casitas formaron la pequeña ciudad de los sueños de la infancia... Itsyville.
La pasión descubierta tras el fracaso
Steve no siempre fue consciente de estas extraordinarias habilidades. De hecho, antes de empezar a construir la pequeña ciudad, tuvo un periplo muy duro. Su naturaleza rebelde le mantuvo alejado de lo que resultó ser su vocación desde su adolescencia temprana. Sirvió en la Marina, trabajó en la construcción y en varias ramas de la industria. Incluso acabó en una empresa de sonido que le acercó al mundo artístico. Creó su propia empresa, tratando de lanzar talentos locales, pero se encontró arruinado de la noche a la mañana tras organizar un gran concierto.
Con 400 dólares en el bolsillo, se traslada al pequeño pueblo de montaña de Three Rivers, en la Sierra. Después de algunos trabajos esporádicos, toma clases de talla con motosierra. Steve dice que nunca sintió que encajaba en ningún sitio tan perfectamente como entonces.
Steve Blanchard esculpe algunas de las casitas de madera más impresionantes. La forma en que consigue reproducir en madera las casitas de cuento de hadas de los libros infantiles es absolutamente asombrosa. Con estas inspiradoras obras transporta al espectador a un mundo de cuento de hadas en el que los bordes curvados de ventanas y puertas son habituales y no hay cristal ni acero, sólo madera. Todo está entretejido con motivos rústicos, animales salvajes, enanos e indios. Es un mundo de cuento en el que apetece entrar, aunque sólo sea para dar un breve paseo.
Añadir un comentario