Según la tradición bíblica, el Jardín del Edén (Jardín del Paraíso) estaba situado en el sur de Irak, en la ciudad de El Qurna, donde confluyen los ríos Tíber y Éufrates. Aquí, a orillas del Tíber, en una pequeña plaza de hormigón protegida por bajos muros de ladrillo, se alza un antiguo árbol muerto. Según la leyenda, es el árbol de la ciencia del bien y del mal, del que comieron Adán y Eva.
Un árbol cargado de símbolos
La información sobre este árbol del conocimiento procede de tiempos muy antiguos. En las tablillas de arcilla halladas en estos yacimientos durante las excavaciones en la antigua Mesopotamia, se encontró un sello de arcilla datado en el IV milenio a.C. y llamado el sello de la tentación. Representa a un hombre y una mujer que tienden la mano para coger un fruto de un árbol.
El árbol también está vinculado a tradiciones politeístas que han existido en Oriente Próximo desde la antigüedad. Según estas tradiciones, es costumbre plantar otro árbol junto al árbol sagrado en su última etapa de existencia para que siga siendo sagrado. Así, hay varios árboles en diversas fases de descomposición, a menudo muy difíciles de identificar el árbol sagrado original.
En cuanto al árbol del conocimiento de El Qurna, es claramente una especie caducifolia, no una palmera. Los lugareños lo llaman Nabucco, lo consideran sagrado y creen que Adán comió su fruto. Pero nadie puede decir con certeza qué especie había allí ni cuánto tiempo hace que está.
El árbol ha resistido el paso del tiempo. Durante la Primera Guerra Mundial, unos soldados británicos treparon al árbol y lo rompieron. Fue reparado con cemento. En 1950 se hizo un pequeño parque a su alrededor como gesto de gratitud por el fin de la Segunda Guerra Mundial. Durante el reinado de Saddam Hussein se conservó el santuario e incluso se hicieron la pequeña plaza y la plataforma de cemento. En 2003, durante los ataques estadounidenses, la plataforma de hormigón resultó dañada. Hoy en día se está restaurando el lugar y se han plantado varios árboles para que siga siendo sagrado.
Aunque el santuario y el árbol del conocimiento están asociados a la historia del Jardín del Edén, compartida por tres grandes religiones actuales -judaísmo, cristianismo e islam-, el símbolo es prácticamente universal y perpetuo en el tiempo. Los descubrimientos en la zona hacen que el símbolo se remonte a épocas premonoteístas. Personas de otras partes del país acuden en peregrinación a rezar ante el árbol, a veces atando pequeños trozos de tela verde a las ramas en señal de su fe.
(fuente: atlasobscura.com)
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