El otro día me llamaron la atención unas tallas de madera atípicas, que inmediatamente me hicieron pensar en otros materiales, papel, textil, metal. Las piezas eran una mezcla de espirales, curvas, giros que difícilmente se pueden imaginar en la madera, pero que son muy propios de otros materiales. El escultor que imaginó tal transformación de la madera es Xavier Puente Vilardell, artista de origen español que vive actualmente en Bruselas.
Xavier nació en 1970 en Barcelona y se licenció en Arquitectura en 1997. Pero sus inclinaciones artísticas se transmitieron en su familia, ya que su abuelo materno era pintor y tallista de madera. Fue de él de quien Xavier aprendió el arte de la talla en madera desde muy temprana edad, trabajando en pino desde el principio, como su abuelo.
A pesar de estos comienzos artísticos, prevaleció la inclinación hacia la vertiente técnica del arte, y Xavier eligió estudiar arquitectura, muy atraído por el estudio de la construcción y la proporción de los volúmenes. Con el tiempo, sin embargo, esta vertiente técnica fue evolucionando lentamente hacia un modo de expresión más artístico y libre, y fue la escultura la que le permitió expresarse de este modo. Eligió la madera por ser un viejo conocido, pero también porque sentía que era el material que le ayudaría a expresarse.
En 2007 realizó su primera exposición y fue galardonado con el premio Viladecans de escultura. Prácticamente se abrió el camino, y a partir de ahí, cada año, Vilardell ha participado en numerosas exposiciones en diversas ciudades de todo el mundo, ganando innumerables premios.
Un elemento muy presente en sus esculturas, tradicionalmente mediterráneo, son los agujeros tallados en la madera, que dejan penetrar la piedra caliza y la transforman en vigas que acarician las asombrosas formas.
Otra cosa impresionante de la obra de Vilardell es que la mayor parte está hecha de una sola pieza de madera. Las curvas orgánicas, que pasan de un lado a otro de la madera formando diseños aparentemente imposibles, incitan a seguirlas con la mano, a acariciar sus remolinos.
Trabaja principalmente en pino y a veces con maderas duras de textura fina. Trabajar una talla le lleva meses porque la penetración de la madera, ese continuo ir y venir transformado en curvas helicoidales, redondeces y giros, es un proceso arduo. Al final, la madera se lija muy finamente y luego se le da una fina capa de barniz para que la textura sea muy visible.
Xavier Puente Vilardell es un escultor incansable y sus obras son el resultado de una emoción pura, profunda y sincera. Dice que esta emoción le hace interactuar apasionadamente con la madera, lo que le lleva a esas increíbles formas finales.
(fuente: http://www.xavipuente.com/)
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