Hasta hace poco, los arquitectos ni siquiera consideraban el estilo industrial rústico como un estilo propio. Ahora, sin embargo, es muy apreciado por su aire desenfadado, sencillo y elemental, y cada vez se encuentra más en galerías de arte, cafés, clubes y viviendas particulares. Se trata más bien de un estilo joven, libre e inconformista, que además de su interesante aspecto transmite una fuerte sensación de libertad.
La decoración industrial rústica se reconoce por su aspecto de almacén funcional, de aire sencillo y rudimentario. Para los acabados se utilizan materiales tradicionales: ladrillos, madera, piedra y metal. Los espacios son amplios y abiertos, las combinaciones de colores son el blanco, el negro y los colores neutros. Los espacios suelen decorarse con fotografías en blanco y negro o sepia y arte abstracto.
El mobiliario es sencillo, pero con piezas únicas de madera y metal recuperados. De hecho, se trata de un estilo propio: muebles fabricados a partir de antiguos armarios industriales.
o combinando tuberías,
ruedas
u otros objetos metálicos antiguos con madera recuperada.
Este estilo es ahora muy apreciado y son muchos los que quieren un aire industrial en casa. Pueden conseguirlo sin transformar totalmente la casa, sino sólo añadiendo algunas piezas de mobiliario o decoración. Combinando el aspecto doméstico y el industrial se creará un ambiente muy sofisticado.
Los objetos viejos pueden convertirse en muebles. Por ejemplo, una vieja caja de madera puede convertirse en un sofá con solo añadirle un colchón y unos cuantos cojines.
O unos viejos elementos de tubería combinados con un tablón pueden convertirse en el perchero "wow" de la entrada.
Una pieza única, especial, de aire industrial, realizada con una combinación de metal y madera, puede convertirse en el centro de atención, en la pieza central de la habitación.
La iluminación también puede hacer que un espacio doméstico parezca industrial.
Todos estos muebles o elementos decorativos deben ser lo más sencillos posible, con la menor transformación posible. Tanto los elementos metálicos como la madera deben dejar la impresión de un largo uso en fábrica. La madera se deja en su color natural o se tiñe en roble o nogal natural. La capa de barniz es fina y poco brillante. Para un aspecto más natural, se puede utilizar aceite o cera para el acabado.
El estilo industrial rústico tiene un encanto especial y puede realizarse en espacios pequeños, no sólo en los que se asemejan a naves industriales. Y ni siquiera hace falta arruinarse para amueblarlo. Lo importante es tener ese elemento clave, ese mueble que transmita el mensaje y que puedas hacer tú mismo.
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