Dicen que durante toda nuestra vida, el niño que llevamos dentro nos acompaña e influye en nuestras decisiones. Nos hace querer retorcernos, correr, saltar, aunque nuestra edad y nuestras rodillas ya no sirvan para ello. La casa del árbol es un símbolo de la infancia, de la aventura, y no son pocos los que construyen casas del árbol para que las usen los adultos. Éste es el tipo de casa del árbol que quiero presentarle a continuación, pero no una simple cualquiera, sino una diseñada y construida por especialistas con profundos conocimientos de arquitectura y carpintería.
La casa, un piso de dos plantas, está en West Dorset, Inglaterra, en un bosque. El lugar es un camping llamado Crafty Camping porque, además de un alojamiento de primera, es un lugar donde algunos de los carpinteros más conocidos de Inglaterra imparten cursos de carpintería. No es necesario participar en los cursos para alojarse en el camping. Puede venir aquí un fin de semana o incluso unas vacaciones para alojarse en yurtas, tiendas redondas, en el aprisco o en una casa en un árbol.
The Woodman's Treehouse fue construida en 2016 por esta comunidad de artesanos liderada por Guy Mallison, junto con el estudio de arquitectura Estudio BEaM. No se trata de una simple improvisación en torno a un árbol, sino de una obra muy seria y compleja, con un proyecto arquitectónico que tiene referencias a valiosas obras del sector, a las que incluso intenta homenajear. Pero veamos de qué trata La casa del árbol de Woodman y por qué se considera elegante.
Se construyó alrededor y bajo la copa de un roble de 200 años. El aspecto exterior es lineal, como una vivienda rectangular dividida en varias zonas. La división está sugerida por los materiales utilizados para fabricar o revestir los muros exteriores: teja, leña y tablón. Cada uno de estos materiales define una zona, dando la impresión de una verdadera residencia.
Se accede por una pasarela de madera y cuerda que lleva directamente a la puerta principal. La puerta tiene una ventana en forma de ojo de buey y un sistema de cierre de tipo submarino.
Tras atravesar un pequeño vestíbulo se llega a la casa propiamente dicha que, sorprendentemente, es redonda, construida en torno a un pilar central. En el centro hay una chimenea giratoria que puede orientarse hacia cualquier parte de la habitación. El dormitorio y el cuarto de baño están en el mismo espacio, pero aislados por frisos que les dan cierta intimidad.
En el dormitorio, la cama de madera maciza cubre gran parte de la superficie, con mesillas y mesillas de noche a los lados y nichos en la pared para libros, objetos decorativos u otras necesidades. Desde el dormitorio se puede salir a una de las terrazas exteriores, donde hay una hamaca y una ducha.
El cuarto de baño es muy luminoso, gracias a una gran superficie acristalada con una bañera de cobre. Sin embargo, hay intimidad porque, frente a la ventana, el enorme tronco del roble se abre paso por el suelo de la terraza calado.
El resto del espacio es la cocina, equipada con todo lo necesario, y el salón. La cocina no está empotrada, como el dormitorio y el cuarto de baño, sino que comparte la sala de estar. En una habitación completamente separada, con acceso desde el vestíbulo, se encuentra el aseo, cuyas paredes son de leña. También hay un lavabo dentro y, durante el día, el espacio se inunda de luz gracias a una enorme claraboya.
Todas las ventanas están construidas de tal forma que dan la impresión de que los muros son muy gruesos, como los de un castillo. En realidad, las paredes sólo parecen gruesas, por dentro están vacías. No podría ser de otra manera, porque una casa en un árbol tiene que ser ligera, no dañar el árbol y ser segura. Esta idea de muros gruesos, sin embargo, ayuda a mantener la ilusión de la infancia, de un castillo en un árbol construido para doncellas hermosas y chicos guapos.
En el exterior hay otras terrazas además de la que da al dormitorio. En una de ellas hay una mesa sencilla, de estilo campesino, con tocones a modo de sillas.
Desde la terraza situada frente a la ventana del cuarto de baño, una escalera de caracol conduce al siguiente nivel, donde también hay una sauna, completamente revestida de madera.
En el exterior, frente a la terraza, hay otra bañera de hidromasaje donde podrás refrescarte tras tu paso por la sauna o relajarte y sentirte el amo del bosque.
Y para completar la ilusión de la infancia, puedes bajar por una de las terrazas directamente al bosque en un tobogán.
No es la primera vez que te enseño casas en los árboles. Seguro que recuerdas la cabaña en medio del campo de lavanda o el de cima del viejo tilo. Pero ésta me sorprendió por su acertada combinación de casa en un árbol y suite de hotel de lujo, entre el aspecto de castillo que le dan los gruesos muros y el de cabaña que sugiere el teja cubriendo las paredes exteriores. Evidentemente, es obra de especialistas ejecutada con gran maestría.
Oye, Papá Noel... ¿qué tal una casita en el árbol... y no digas que no has tenido tiempo!
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