Varios

Bosque flotante

Mientras casi todos los días hay noticias de deforestación en Holanda, en Rotterdam se ha "plantado" un bosque flotante. Jeroen Everaert, impulsor del proyecto, se inspiró en la obra de Jorge Bakker, artista holandés de origen colombiano, que imaginó una vida postapocalíptica con árboles anfibios y gente viviendo en balsas. ¿Por qué no trasladamos el arte a la vida real? se preguntó Jeroen Everaert, queriendo acicalar una parte fea del puerto de Rotterdam. Dicho y hecho.

El Bosque Flotante es fruto del trabajo de investigación de varias facultades y universidades y de la colaboración de varias instituciones. La investigación se centró en encontrar el tipo de árbol que pudiera sobrevivir plantado en una boya. El olmo holandés fue el ganador. Las boyas metálicas, muy resistentes a las tormentas, fueron donadas por el Ministerio holandés de Medio Ambiente tras haber sido sustituidas por otras de plástico. ¡Buena idea reutilizar la chatarra! Un vivero también donó plantones de olmo. Cada arbolito se ha plantado en una boya y obtiene el agua de un depósito de 600 litros lleno de agua dulce situado en la base de la boya, y el "suelo" es una mezcla de arena y tela para proporcionar al arbolito una nutrición similar a la natural.

Los depósitos de agua se repondrán unas 4 veces al año y el bosque podrá durar de 5 a 10 años. Todo el que se acerque a la zona disfrutará de la naturaleza y se maravillará de lo que puede hacer el ser humano, concienciándose de la necesidad de proteger el medio ambiente. Por supuesto, el bosque flotante de Rotterdam es el primero de muchos que "crecerán" en otras partes de los Países Bajos.

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Y ya que hablamos de bosques flotantes, conozcamos otro: La bahía de Homebush, en Sídney (Australia), es el lugar al que fue llevado un barco de 102 años de antigüedad tras cumplir su servicio en tiempos de guerra. Cuando fue desmantelado, el barco se había transformado en un "bosque flotante" que hoy atrae a turistas y fotógrafos de todo el mundo. El barco, que es un SS Ayrfield y pesa más de 1.000 toneladas, se construyó en 1911. En 1972 fue llevado a la bahía de Homebush para ser desmantelado, pero el destino le ha dado otra vida.

 

Daniela

De ingeniera química que jugó unos años al acabado de la madera, Daniela pasó a periodista, sin pasarse tres veces, porque a principios de los 90 la mayoría de los ingenieros se dedicaban a otra cosa. Y así, sin más, se hizo realidad un sueño de infancia. Desde entonces, ha escrito para varias revistas, ha pasado a la televisión y se ha mantenido, hasta hoy, en la radio.

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