La impresión general es que el diluyente sólo se utiliza para reducir la viscosidad del material antes de su aplicación, de modo que pueda aplicarse fácilmente. En realidad, la función del diluyente no se queda ahí, ya que su papel a la hora de conseguir una película de calidad es muy importante. Una elección incorrecta del diluyente puede estropear el aspecto y el tacto de la película. En el siguiente artículo encontrará más información sobre la función del diluyente y cómo debe elegirse y utilizarse.
Factores por los que se eligen los diluyentes
Los diluyentes no sólo sirven para obtener un producto de baja viscosidad. Pueden utilizarse para controlar el secado de la película y su estiramiento, de modo que al final se obtenga un aspecto agradable y sin derrames, piel de naranja o rugosidad. La elección del diluyente también depende del nivel de brillo deseado. Utilizar un barniz con un determinado nivel de brillo no garantiza el mismo nivel de brillo en la superficie acabada.
Para evitar estos problemas, deben utilizarse diluyentes con determinadas características. Estos se eligen en función de:
- temperatura ambiente,
- tipo de material a diluir (imprimación o barniz),
- el nivel de brillo deseado,
- naturaleza del producto (nitro, poliuretano, poliéster)
- el método de aplicación utilizado (pulverización, vertido, agitación).
Para cada uno de estos casos hay diluyentes recomendados que funcionan muy bien, pero también hay diluyentes contraindicados que pueden causar problemas, a veces graves. También existen diluyentes universales que pueden utilizarse con cualquier producto. Estos sólo tienen una función diluyente, nada más. Para obtener un producto final de buena calidad, hay que utilizar diluyentes específicos para cada situación.
Delcarts de verano e invierno
Los diluyentes orgánicos son mezclas de disolventes en diferentes proporciones. Los disolventes utilizados tienen diferentes propiedades que transfieren al diluyente. Por ejemplo, si se necesita un diluyente de verano se utilizan disolventes volátiles pesados y para el invierno disolventes volátiles ligeros. La mezcla se realiza teniendo en cuenta el fin para el que se va a utilizar el diluyente.
¿Por qué se necesita un diluyente volátil pesado en verano y volátil ligero en invierno? Porque los materiales de acabado dependen de la temperatura. Si se utiliza un diluyente rápido en verano, se evaporará antes de que el barniz se haya fijado bien en la madera, lo que dará lugar a la piel de naranja. Si se utiliza pulverización, el lago aún puede secarse con el aire. Se produce un polvo fino que cae sobre la película de barniz húmeda y se incrusta en ella (la película se gasea). Se produce una película áspera y rugosa que resulta desagradable al tacto. Por este motivo, se recomienda utilizar diluyentes de verano, que son más volátiles, o añadir diluyentes retardadores, es decir, diluyentes que retrasan la evaporación.
En invierno, el problema se produce al secar. Cuando la temperatura es baja, la película se seca más lentamente y tiene tiempo de atrapar las impurezas del aire. Por eso se utilizan diluyentes especialmente formulados para el invierno que se evaporan a temperaturas más bajas para acelerar el secado. Todos estos inconvenientes relacionados con la temperatura se eliminan si la temperatura y la humedad se mantienen constantes independientemente de la estación del año.
Influencia del diluyente en el nivel de brillo
La influencia del diluyente también se aprecia en los barnices y pinturas de alto brillo. Para conseguir ese brillo, se necesita una superficie perfecta que refleje la radiación luminosa lo más cerca posible del 100%. La película necesita tiempo para fijarse bien, y ese tiempo lo proporciona el diluyente utilizado. Nunca se conseguirá un alto brillo directamente (es decir, sin pulido posterior) utilizando un diluyente que se evapora muy rápidamente.
A menudo se recomiendan diluyentes diferentes para la imprimación y el barniz. Es una forma de reducir costes. En general, los diluyentes más rápidos son más baratos. El uso para la imprimación no molesta, incluso si da lugar a una película áspera o de piel de naranja. Éstas pueden corregirse con lijado entre capas. Sólo se puede utilizar un diluyente, el diluyente de laca (cuando hay productos del mismo tipo - nitro, poliuretano, acrílico) para todo el sistema, en cuyo caso los costes aumentarán.
La elección del diluyente también depende del método de aplicación
La elección de un diluyente también se basa en el método de aplicación. Por ejemplo, una de las propiedades importantes de un diluyente es su conductividad eléctrica. La conductividad depende de la polaridad del disolvente, y para aplicación del campo electrostático se necesitan disolventes polares, que son buenos conductores de la electricidad.
En el caso de la aplicación por vertido, el uso de un diluyente rápidamente volátil conlleva un elevado consumo de diluyente y un aumento alarmante de las emisiones de COV. Cuando se aplica mediante ondulado seguido de curado UV, el diluyente debe elegirse de forma que abandone la película antes de entrar en la lámpara. Si no se evapora antes de entrar bajo las lámparas, permanece en el interior de la película en forma de opalescencia, algo totalmente desagradable para los productos transparentes.
Mi recomendación es no tratar el diluyente como un material auxiliar de poca importancia. Si quiere obtener películas de buena calidad y tener el menor número posible de problemas durante los periodos de temperaturas extremas, elija el diluyente adecuado. Si no sabe manejarlo, pida ayuda a los especialistas en acabados. Y, sobre todo, no escatime comprando diluyentes baratos. El precio de un diluyente es tan bajo que el ahorro que se consigue no cubre el riesgo de problemas que pueden costar mucho más arreglar.
Espero que la información que figura a continuación le resulte útil. Como siempre, se agradece cualquier aportación. Y si tiene alguna pregunta o duda, déjela en el espacio de abajo. Seguro que le responderé.
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