Granero en la linde del bosque

Otra transformación de un antiguo granero que me dejó casi sin palabras. Al final conseguí encontrarlos para contároslo. Se trata de un antiguo granero con paredes de piedra y vigas de madera verticales y horizontales, convertido en una preciosa casa de vacaciones. Granero de Bal Mawr, traducido aproximadamente del galés como "Maravillosa vista desde arriba", se encuentra en Gales, en una zona boscosa cerca de Abergavenny. Visto desde la distancia apenas se puede imaginar que el granero de piedra al borde del bosque es una acogedora casa con todo lo necesario para unas vacaciones perfectas.

Lo que impresiona desde el principio de esta transformación es la mezcla perfecta de lo nuevo y lo viejo, la armonía entre muebles antiguos traídos de mercadillos de Francia y accesorios modernos. Las vigas que se han salvado se han dejado a la vista, al igual que los antiguos marcos y algunas puertas. Toda la madera nueva añadida no ha sido envejecida artificialmente, lo que hace que el contraste sea aún más interesante.

La casa consta de salón, cocina, baño y dormitorio. La habitación principal es el salón, que es luminoso, incluso resplandeciente gracias al alto techo y a las grandes y generosas puertas correderas de cristal que ofrecen una maravillosa vista del monte Bal Mawr. La casa tiene calefacción por suelo radiante, pero para crear un ambiente acogedor y agradable, también hay una chimenea de leña.

El salón está dividido en dos zonas por el mobiliario: la zona de comedor y la sala de estar. La zona de estar está marcada por los sofás, la mesa de centro y la chimenea, y la zona de comedor por la mesa de madera rústica y 4 sillas macizas. Los muebles están cuidadosamente elegidos y son una mezcla de objetos antiguos sacados de mercadillos de Francia y artículos traídos de China o Marruecos.

La mesa del comedor es de roble francés traído de Francia. Está justo al lado de las grandes puertas de cristal, así que, haga el tiempo que haga, podrás disfrutar de la naturaleza sentado a la mesa. En los días fríos puedes sentarte dentro al calor, mientras que en los días cálidos las grandes puertas pueden abrirse del todo para pasar al espacio exterior.

El salón está bordeado por dos generosos sofás, uno de ellos de estilo Chesterfield, una tumbona Le Corbusier y una mesa de centro. También hay dos armarios antiguos, una chimenea y una estufa de leña. Las 2 ventanas, una estrecha, en la misma pared que las generosas puertas y otra muy por encima del televisor, conservan características de granero antiguo. Las ventanas están colocadas lo suficientemente altas como para proporcionar luz sin molestar si quieres sentarte tranquilamente frente al televisor.

Detrás del comedor cerrado está la cocina. Los muebles son nuevos, de roble, construidos en estilo clásico por artesanos locales. Aquí también se han conservado antiguas vigas y elementos de ventanas antiguas. La cocina no es tan alta como el salón porque el dormitorio se construyó encima.

El acceso al dormitorio, abierto y con vistas a todo el salón, se realiza a través de una escalera empotrada en la pared. La escalera es sólida, robusta, con postes laterales de protección unidos por grandes paneles de cristal. La misma protección se eligió para la primera planta.

Aquí hay una cama doble, mesillas de noche con lámparas a cada lado de la cama, un generoso sillón y un armario. En el suelo, una vieja alfombra de yute da al lugar un aire hogareño. Esta zona de loft no está construida muy alta, por lo que las vigas se asientan bien, sin sofocar, dando la sensación de una habitación bien definida, no improvisada. Aquí también se conservan elementos antiguos, el grosor de las paredes es sutil, lo que hace pensar en un pequeño castillo. Hay mucha luz, parte de ella procedente de las dos ventanas del techo.

Al final de la escalera, en la pared, hay una vieja puerta de madera. Pero no hay rastro de lo que hay detrás. Al abrir la puerta se entra en el cuarto de baño de ensueño. Hay una generosa cabina de ducha y una bañera, colocada justo delante de la ventana. Qué más se puede desear que pasar una tarde lluviosa en la bañera, copa de vino tinto en mano, frente a la ventana mirando al corazón del bosque. ¿No te he hecho soñar?

Incluso en el exterior, el pequeño granero no se cae a pedazos. Alrededor hay un lugar donde, en los días soleados, se puede cenar descalzo en la hierba verde y grasienta. De hecho todo es verde y tengo entendido por la presentación del lugar que no muy lejos del granero hay un río donde se puede ir a pescar. ¿No crees que acabo de describir el paraíso?