Casa entre manzanos ha llegado a la fase de instalación de la calefacción por suelo radiante. El equipo de carpinteros de Litarh ha terminado su trabajo, básicamente finalizando el proyecto desde el punto de vista estructural y todas las tareas del constructor. Ahora era el turno de los fontaneros. La construcción propiamente dicha duró un mes y medio, y el resto del tiempo se necesitó para el diseño, las aprobaciones, la cimentación, las instalaciones y los toques finales. Durante esta fase de la construcción hablamos con Cristian Tanase, encargado de todas las instalaciones térmicas, incluida la calefacción por suelo radiante. Puedes ver el episodio al final del artículo. Pero hasta entonces, algunas reflexiones sobre la eficacia de la calefacción por suelo radiante. Hay rumores de que no es recomendable elegir madera para este tipo de calefacción porque es un buen aislante y hace que el sistema sea poco eficiente. Veamos qué dicen los expertos sobre la madera y la calefacción por suelo radiante.
Resistencia al calor de los suelos de madera
La resistencia térmica es el principal factor que influye en la eficacia de la calefacción por suelo radiante. Afecta a la transferencia de calor de la instalación a la habitación. Una menor resistencia al calor significa un menor tiempo de calentamiento. La madera tiene una mayor resistencia a la transferencia de calor, lo que significa un aumento del tiempo de calentamiento de la habitación. Pero la misma resistencia al calor significa que cuando la instalación se apaga, el calor perdura más tiempo. Además, la madera almacena la energía calorífica y la libera gradualmente en comparación con otros materiales, lo que contribuye a que el calor sea más duradero.
La resistencia térmica es directamente proporcional al grosor del material, siendo menor si éste es más fino. Por otra parte, la conductividad térmica de la madera aumenta con su densidad. Así pues, para que la transferencia de calor sea eficaz, la madera del suelo debe ser fina y densa. Cuanto más grueso sea el suelo, menor será la eficiencia y mayor el consumo de energía. La resistencia térmica del suelo no debe superar los 0,14 m²K/W. Dado que cada capa tiene su propia resistencia térmica, se recomienda no colocar moqueta sobre el suelo de madera, ya que disminuirá la eficiencia de la calefacción.
Factores de los que depende la eficacia de la calefacción por suelo radiante de madera
La resistencia de la madera a la transferencia de calor no es el único problema de la calefacción por suelo radiante. Su variación dimensional con la variación de humedad puede ser otro problema. Esto puede significar contracción con huecos entre los elementos, dilatación (el suelo se hincha) y alabeo (torsión, flexión). Todo esto debe tenerse en cuenta a la hora de instalar sistemas de calefacción bajo un suelo de madera.
Para evitar sorpresas, la madera debe calentarse uniformemente. La calefacción debe instalarse uniformemente bajo todo el suelo. La instalación debe hacerse sobre la base de un proyecto elaborado por un especialista, que también hará recomendaciones sobre el tipo de suelo y la colocación de los muebles. Los muebles también deben tener patas para que circule el aire por debajo.
Los parámetros de funcionamiento de la instalación deben controlarse rigurosamente.. La temperatura bajo el suelo de madera no debe superar los 27ºC. En este caso, la temperatura de la superficie del suelo de madera alcanzará los 23-24ºC y la temperatura de la habitación los 21-22ºC. Para mantener este nivel, la casa debe estar bien aislada. Si se desea una temperatura más alta, la calefacción por suelo radiante debe apoyarse con otra opción de calefacción. La calefacción por suelo radiante más eficaz es la de cerámica (baldosas) o piedra.
El grosor de la madera no debe ser superior a 18 mm. Una madera más gruesa se comportará como un aislante y la calefacción no será más eficiente. Un suelo de 14-16 mm de grosor es más eficiente.
La madera debe estar adecuadamente seca y su contenido de humedad en el rango 8-10%. La madera seca funciona mejor en secaderos profesionales que siguen ciclos de secado controlados.
Tipos de suelos de madera aptos para calefacción por suelo radiante
La madera es un material natural que "funciona". El aumento de las temperaturas puede hacer que los suelos de madera se deformen e incluso se agrieten. Pero no todas las especies reaccionan igual. Arce y fagul son propensos a la deformación, mientras que roble, bambú, cereza se deforman mucho menos. La deformación queda excluida en los materiales laminados. La deformación y los movimientos de la madera también afectan al acabado. La película de barniz aplicada a un suelo de madera maciza tiene más probabilidades de agrietarse que la del suelo laminado. El riesgo se elimina utilizando acabados al aceite o a la cera.
Suelos de madera laminada. Los especialistas la recomiendan para este tipo de calefacción porque es muy estable, adaptándose a los cambios de humedad. La madera laminada es en realidad madera contrachapada o MDF chapada con una chapa gruesa (ciega) de una especie adecuada para parquet (roble, fresno). El contrachapado puede ser del mismo tipo de madera o de una especie inferior. La madera contrachapada nueva y apomazada (resinosa, álamo) es la más adecuada para la calefacción por suelo radiante porque es fácil que pase el calor a través de ella.
Tablero de madera maciza. Los elementos largos de madera se comportan de forma diferente según la clase a la que pertenezcan. La madera dura y de alta densidad no se recomienda para este tipo de calefacción. Su tamaño varía mucho y puede alabearse o agrietarse. Es el caso del haya o el arce. La madera blanda, suave y leñosa, como la resinosa, no es recomendable porque bloquea el calor en lugar de transferirlo. Busque siempre asesoramiento profesional, ya que pueden producirse defectos. El grosor de las tablas también es muy importante.
Parchet. Esta categoría incluye pequeños elementos para suelos. Puede utilizarse tanto madera dura como blanda. Es posible que una variación dimensional provoque huecos entre los elementos. Esto se soluciona recolocando los elementos y rellenando el hueco con nuevos elementos. Las mejores especies son el roble y el nuc.
Suelos de bambú. El bambú se utiliza cada vez más para suelos. Es dos veces más duro que el roble y funciona bien con calefacción por suelo radiante.
Suelo laminado. En este caso no se trata de madera. El suelo laminado son capas de resinas, y en la superficie es una imitación del aspecto de la madera. El suelo laminado tiene una buena conductividad térmica debido a su grosor y alta densidad, lo que lo convierte en una opción asequible para la calefacción por suelo radiante.
Antes de instalar madera sobre calefacción por suelo radiante, pida consejo a un experto. Evitará muchos inconvenientes.
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