Quiero utilizar aceite y cera para los peldaños interiores de las escaleras. ¿Resistirán el tráfico?

Así sonaba una pregunta que recibí el otro día. Si se eligen los productos adecuados, los escalones no se rayarán y tendrán muy buen aspecto. La cera y el aceite se consideran productos sin resistencia al rayado, la abrasión y los impactos mecánicos, por lo que muchos eligen otros productos para proteger las escaleras o los suelos de madera. Sin embargo, existen varios tipos de aceite y cera, tanto naturales como sintéticos, y su resistencia varía bastante. Los productos especialmente formulados para proteger escaleras y suelos están marcados como tales (cera para suelos, aceite para suelos duros, etc.), así que no es difícil encontrar el adecuado. ¿Qué más tienen los aceites y ceras resistentes al tráfico y a la abrasión y en qué se diferencian de materiales similares utilizados para el acabado de muebles? Esta pregunta pretendo responderla a continuación.

Materiales naturales para el acabado de suelos

Los aficionados al uso de materiales naturales para el acabado de la madera pueden estar tranquilos: también existen productos de este tipo para suelos. No llevan sintéticos añadidos para hacerlos más resistentes porque hay un aceite y una cera lo bastante duros para soportar el tráfico intenso. Se trata del aceite de tung y la cera de carnauba.

El aceite de tung se conoce y se utiliza para proteger la madera desde hace miles de años, con menciones de su uso en los escritos de Confucio (500 a.C.). Es duro comparado con el aceite de linaza - utilizado frecuentemente para proteger la madera- porque polimeriza en contacto con el oxígeno del aire, endureciéndose. Como líquido, penetra profundamente en la madera, donde reacciona con el oxígeno existente, endureciendo la superficie de la madera. El aceite de tung se extrae de las nueces del árbol del tung, originario de China, y también puede encontrarse bajo el nombre de aceite de nuez o aceite de madera. Durante mucho tiempo China fue el único país productor de aceite de tung, pero los tiempos modernos han permitido que el árbol del tung se aclimate en países como Argentina, Brasil y EE UU, que se han convertido en productores de aceite. Más información sobre el aceite de tung en aquí.

La cera de carnauba es la cera natural más dura. Es segregada por las hojas de la palmera brasileña Copernica Corifera para protegerlas del agua de lluvia y la luz solar intensa. La cera tiene un alto punto de reblandecimiento (aprox. 85°C) y permanece sólida incluso a altas temperaturas del aire. Esto protege las hojas de la palmera de la putrefacción en las estaciones cálidas y lluviosas, pero también en los periodos secos, cuando las altas temperaturas pueden provocar deshidratación.

Para hacer aceite y cera para suelos, los fabricantes mezclan estos materiales duros con otros aceites y ceras naturales, encontrando la fórmula que da los mejores resultados. Kreidezeitel fabricante alemán conocido por la calidad de sus productos, utiliza para obtener aceite resistente para suelos una mezcla de aceite de tung y aceite de linaza con aceite de trementina extraído de la resina de coníferas como disolvente. Cera para suelos Kreidezeit es una mezcla de cera de abeja y cera de carnauba, así como de aceite de tung, aceite de linaza y trementina. Se utiliza para proteger peldaños, suelos o tarimas de madera, confiriéndoles una gran resistencia a la abrasión. Y todo ello sin productos sintéticos añadidos. Los mejores resultados se obtienen si los suelos se tratan primero con aceite, 2-3 capas para permitir que la madera absorba lo suficiente, y luego se aplica una capa de cera. Esto protegerá aún más las superficies y les dará un brillo satinado muy agradable, a la vez que facilitará su mantenimiento.

Variantes sintéticas

También existen versiones sintéticas de la cera y el aceite, que son más baratas y tienen algunas propiedades mejoradas en comparación con los productos naturales. Se puede aumentar la resistencia o reducir el tiempo de secado añadiendo aditivos sintéticos o utilizando resinas sintéticas. El aceite para suelos más popular es el aceite de poliuretano, una mezcla de aceite de linaza y resinas de poliuretano (uretano modificado). La dureza se consigue por polimerización de la resina de poliuretano en presencia de aire y puede alcanzar el nivel de los barnices de poliuretano. La calidad de estos aceites depende del contenido en sólidos (resina), y cuanto mayor sea el contenido en sólidos, mejor. A diferencia de los aceites naturales, los sintéticos utilizan diluyentes orgánicos ordinarios, la emisión de compuestos orgánicos volátiles (COV) puede ser un inconveniente. A veces, para que los productos sean más asequibles, el aceite de linaza se sustituye por aceite mineral procedente de la destilación del petróleo o por aceites sintéticos procedentes de procesos químicos.

El equivalente sintético de la cera de carnauba es la parafina modificada reticulada. La parafina es un compuesto obtenido del petróleo (una mezcla de hidrocarburos alifáticos), descubierto en 1830. En aquella época sustituyó al sebo utilizado como combustible en las lámparas. El descubrimiento de la parafina fue acogido con entusiasmo porque quemaba de forma más limpia y sin interrupciones. Su avanzado procesamiento dio lugar tanto a una elevada purificación como a subproductos con cualidades mejoradas. Altamente purificada se utiliza en la industria cosmética e incluso en la alimentaria para proteger frutas y verduras almacenadas o transportadas. La ventaja de su uso en alimentación es que la parafina no puede ser digerida por el cuerpo humano y se elimina totalmente. Para proteger la madera se utiliza en mezclas con otras ceras y aceites naturales o sintéticos, teniendo cada fabricante su propia receta. Los disolventes utilizados son los derivados del petróleo, como el white spirit, el gas o la petrosina.

Elección de la madera y tipo de acabado

La buena durabilidad de los peldaños y los suelos depende de la madera elegida, no sólo del acabado. Por muy duro que sea el acabado, si la madera que hay debajo es blanda, no podrá compensar su falta de resistencia. Para estos usos, utilice madera dura y duradera. Los angloparlantes dividen la madera en dura y blanda, el equivalente a nuestras maderas duras y blandas. No podemos guiarnos por este criterio a la hora de elegir la madera para el suelo porque entonces un suelo de tilo o álamo estaría bien y no necesitaríamos pino. La elección se basa en la densidad de la madera (cuanto más densa, mejor), la resistencia a la flexión, la rotura o el rayado. Buenas maderas para suelos son el roble, el haya, la acacia, el fresno, el abeto, el pino y el abeto.

Además de resistencia, el aceite y las ceras para suelos confieren a la madera un aspecto natural y agradable. Estos materiales tienen mejor elasticidad que los barnices especialmente formulados, y la madera puede moverse e intercambiar humedad con el ambiente sin que se produzcan grietas o roturas en la película. Si tiene peldaños y suelos de madera maciza y vive en zonas con grandes variaciones de humedad entre estaciones, elegir acabados a base de aceite y/o cera puede ahorrarle muchos problemas.