Qué significan los COV en las etiquetas de barnices y pinturas y cómo nos afectan sus emisiones

Quienes tienen la costumbre de leer con más atención las etiquetas de los botes de pintura, los productos de cuidado del hogar e incluso los cosméticos casi siempre encuentran referencias a los COV (o VOC si la etiqueta no está en inglés). No se trata de un producto concreto, sino de un amplio grupo de sustancias químicas, sobre todo disolventes, que han atraído la atención de las autoridades (y no sólo) de todo el mundo por su impacto en el medio ambiente, pero también en la calidad de vida. COV es la abreviatura de compuestos orgánicos volátiles. La preocupación por la presencia de estos productos en el aire que respiramos, en la atmósfera que rodea la Tierra, comenzó hace tiempo. Han surgido normativas, prohibiciones y limitaciones sobre su presencia en productos industriales y de consumo.

Qué son los compuestos orgánicos volátiles COV

Los compuestos orgánicos volátiles son una clase muy amplia de productos. Físicamente son productos químicos orgánicos que tienen una presión de vapor elevada y un punto de ebullición bajo, por lo que se evaporan con facilidad. No todos estos productos son peligrosos para el organismo o el medio ambiente, por lo que cada país tiene una lista de productos que se consideran peligrosos y sus emisiones están limitadas. Entre ellos están el benceno, el tolueno, el xileno y el alcohol etílico, formaldehído. La mayoría de estas sustancias se utilizan como disolventes de resinas, aceites, ceras, en diversas industrias. Por eso se toman conjuntamente y la limitación se impone a todas las sustancias de un producto que se evaporan (todo el disolvente de una pintura o un producto de limpieza).

Las emisiones afectan tanto al espacio en el que vivimos, dentro de nuestras casas, como al medio ambiente. El interior de los hogares se ve afectado por las emisiones de disolventes procedentes de pinturas, productos de limpieza y mantenimiento, e incluso algunos cosméticos. La acumulación de estas emisiones en espacios cerrados puede provocar dolores de cabeza y problemas respiratorios. Si existen problemas de salud -alergias, asma o problemas respiratorios-, pueden agravarse por la presencia de emisiones de COV. Cuando utilicemos productos con alto contenido en disolventes, es mejor no hacerlo en espacios cerrados y, si no nos queda más remedio, ventilar bien los locales durante y después del trabajo.

Si pensamos en la influencia sobre el medio ambiente, el problema es aún más grave. Décadas de desarrollo industrial en las que nadie ha tenido en cuenta todas estas emisiones han provocado daños medioambientales y agujeros en la capa de ozono. Por eso las normativas de los países altamente industrializados son cada vez más estrictas.

COV en el mundo

A pesar del consenso general de que las emisiones son perjudiciales para el medio ambiente, no todos los países tienen la misma normativa y la lista de productos considerados COV es diferente. Incluso su definición es diferente. EE.UU., Canadá y China consideran productos orgánicos volátiles cualquier producto que participe en reacciones fotoquímicas atmosféricas. Mientras que Canadá considera que todos los productos orgánicos en forma gaseosa pueden participar en tales reacciones, EE.UU. excluye el monóxido y el dióxido de carbono, el ácido carbónico y otros derivados, para los que tiene una normativa especial. EE.UU. tiene una lista de productos con límites de emisión a nivel estatal, pero también existen listas a nivel de los Estados miembros. Japón considera que todos los productos químicos gaseosos liberados a la atmósfera son compuestos orgánicos volátiles.

La Comunidad Europea considera compuesto orgánico volátil todo producto orgánico que tenga un punto de ebullición inferior o igual a 250ºC medido a una presión estándar de 101,3 kPa, es decir, todos los disolventes utilizados en la fabricación de lacas, pinturas, barnices o diluyentes (productos a base de disolventes). Sin embargo, no sólo se utilizan en la producción de pinturas y barnices. Se encuentran en muchos productos de limpieza, cosméticos y de mantenimiento.

Primera Directiva en la Comunidad Europea en 1999, 4 años después de que la Junta de Recursos Atmosféricos de California informara por primera vez del problema en septiembre de 1995. Desde entonces, otros países han endurecido cada vez más los límites, restringiendo el uso de productos que utilizan disolventes orgánicos.

Emisiones de COV en la industria

En vísperas de la entrada de Rumanía en la Comunidad Europea, el tema candente era la necesidad de reducir las emisiones de COV en 70%. Había que cumplir las normas impuestas por la CE, y Directiva 2004/42/CE sobre la limitación de las emisiones de COV derivadas del uso de disolventes orgánicos en pinturas, barnices y productos de renovación del acabado de vehículos, exigía normas claras. Este requisito hizo muy difícil que los fabricantes de muebles, que en su mayoría trabajaban con materiales a base de disolventes orgánicos, pudieran cumplir las elevadas emisiones de disolventes. Ha pasado algún tiempo desde entonces, y las fábricas han mejorado o sustituido gran parte de los barnices que utilizan para cumplir los límites y evitar multas medioambientales. Los cálculos de emisiones se han convertido en algo habitual y no creo que haya ninguna gran fábrica que trabaje con productos basados en disolventes que no haga este tipo de informes.

La reducción de las emisiones de compuestos orgánicos volátiles puede hacerse de dos maneras:

• el uso de equipos de combustión o de absorción de compuestos orgánicos volátiles;
• sustituyendo los materiales a base de disolventes por otros más respetuosos con el medio ambiente.

Reducción de COV por combustión se consigue mediante un proceso químico que convierte estas sustancias en productos que pueden liberarse al medio ambiente, es decir, agua y dióxido de carbono. El proceso es de destrucción final y se utiliza principalmente cuando las sustancias ya no pueden recuperarse, ya sea por la complejidad de la tecnología o por su coste. La ventaja del proceso es que desarrolla una cantidad de calor que puede utilizarse.

Reducción de COV por absorción se basa en la absorción en filtros de carbón activado. Se utiliza cuando se desea recuperar COV o cuando otros tratamientos son más costosos. El carbón activado es un material microporoso, de origen mineral o vegetal, caracterizado por una superficie específica muy elevada, capaz de atrapar selectivamente una amplia gama de moléculas. Sin embargo, al cabo de un tiempo, el carbón se satura, deja de ser eficaz y debe regenerarse o sustituirse.

Para evitar los costes de este tipo de instalaciones, se pueden sustituir los productos de base disolvente por otros de base acuosa. Por eso productos hidrosolubles están cada vez más presentes en la oferta de las empresas del sector y se encuentran con frecuencia en las tiendas de bricolaje. Otra razón es que uno de los reglamentos de la CE obliga a los fabricantes de barnices y pinturas a reducir el porcentaje de productos con base de disolvente que producen cada año, al tiempo que aumentan proporcionalmente el porcentaje de productos con base de agua.

Los COV en nuestra vida cotidiana y cómo nos afectan

Aunque el gran problema son las emisiones de COV procedentes de la industria, tampoco hay que descuidar las emisiones del espacio privado, sobre todo porque a veces lo sentimos de inmediato. Las fuentes de COV no son sólo las pinturas, los muebles o los suelos acabados con productos a base de disolventes. A veces se trata también de productos para el cuidado del hogar, cosméticos, ambientadores y adhesivos. Nunca pensamos que puedan contener sustancias que nos afecten y deberíamos prestar más atención a lo que pone en la etiqueta.

Lamentablemente, no existen normativas sobre los límites de emisión de compuestos orgánicos volátiles en el interior de las viviendas. Existen dispositivos que pueden detectar los niveles de emisión de COV y formaldehído. Pueden alertar cuando se superan determinados límites. La normativa se refiere al contenido de COV y a la obligación de incluir información sobre el contenido y las medidas de primeros auxilios en las etiquetas o fichas de datos de seguridad de los productos.

Esto es lo que este contenido significa para las pinturas:

• Sin emisiones de COV: menos de 1 g de disolventes orgánicos/pintura
• Contenido mínimo - entre 1 y 3 g de disolventes orgánicos/l de pintura
• Bajo contenido - entre 3 y 30 g de disolventes orgánicos/l de pintura
• Contenido medio - entre 30 y 80 g de disolventes orgánicos/l de pintura.

La acumulación de emisiones de compuestos orgánicos volátiles en interiores puede provocar irritación de ojos, garganta o nariz, dolores de cabeza, mareos y vómitos, y problemas respiratorios. Si ha utilizado productos que contienen disolventes y experimenta estos síntomas, ventile bien su casa y elimine la fuente. Una buena ayuda para purificar el aire son las plantas de interior. La exposición prolongada a estas sustancias (vivir siempre en un ambiente así) puede dañar el sistema nervioso o provocar problemas más graves.

Esta es también la razón por la que recomendamos, siempre que sea posible, utilizar productos naturales, ecológicos, de los a base de agua cuando quiera repintar muebles viejos o tenga otro tipo de proyecto de casa. En la fábrica se controla el uso de productos a base de disolventes (concabinas de pintura,líneas de acabadomáscaras de gas y equipos de protección), lo cual es casi imposible en casa. No ahorres comprando productos baratos con poca o ninguna información en la etiqueta, ya que pueden perjudicar tu salud. Esta economía puede notarse dolorosamente al cabo de un tiempo. A menudo, las diferencias de precio ni siquiera son tan grandes como para justificar la elección de un producto perjudicial.

Espero que esta información le resulte útil y le ayude a mantenerse sano.