Como os conté la semana pasada, he empezado a estudiar intensamente sobre el trabajo de la madera y su transformación en muebles o decoración. Y como no sabía casi nada sobre el tema, empecé de cero. Para alguien que sufre el "síndrome del completista", ¡la decisión fue muy equivocada!
La cantidad de información sobre este tema disponible en Internet es colosal. Así que intentaré resumir/introducir en 3 episodios las técnicas de unión más comunes utilizadas en carpintería.
Hoy presentaré algunos de los métodos de fijación más comunes que no requieren aglutinantes ni uniones mecánicas (clavos, tornillos, placas, etc.).
Aclaro (de buenas a primeras) que no considero que el uso de plumas de madera sea una treta, sino un método homologado para asegurar la unión de dos (o más) elementos. Arriba puedes ver el método más sencillo de unión final. Subrayo FINAL, porque no se pueden desanclar sin destruir la pieza.
Si la pieza de madera se va a utilizar temporalmente, se deben utilizar juntas sin cuñas (o cuñas con acceso desde el exterior) para poder retirarlas más tarde (adenda: o cola soluble en agua, pero de eso os hablaré en el próximo episodio).
Y si tu habilidad y tus herramientas te lo permiten, puedes probar diseños más complicados utilizando técnicas más complejas.
Me diréis que el último asiento se sujeta con 3 tornillos (es un pequeño compromiso que acepto en este artículo) y que olvidé la sujeción de la base en el "cola de golondrina". Tengo curiosidad por saber qué puede añadir a este artículo para los futuros lectores de Din Lemn Magazine.
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