El primer encuentro con Christian Rummel fue en 2019 en Taller Naturalpaint de Cisnădioara. La posibilidad de conocer aislamiento de fibra de madera directamente de los especialistas Gutex le hizo venir con su aprendiz. Su curiosidad y su implicación llamaban la atención y daban ganas de conocer su historia. No hubo tiempo entonces de hablar más, pero... en 2022, volví a encontrarme con él, en Semana NZEB en Clujcomo expositor. Tuvimos tiempo de charlar más y nos enteramos de que es maestro carpintero y ha participado en numerosas restauraciones de monumentos. La densidad del evento no nos dejó tiempo para historias de la vida, pero prometimos vernos pronto. Un trabajo en Bucarest fue la ocasión perfecta para un reencuentro largamente esperado. Nos recibió con su típico atuendo de trabajo: pantalones acampanados, blusa blanca y chaleco. Nos sentamos tranquilamente mientras nos contaba historias sobre sus comienzos en el trabajo de la madera, sus viajes iniciáticos, su llegada a Rumanía y su continuo deseo de transmitir lo aprendido.
A los 7 años, cuando a los demás les regalaban quién sabe qué juguete de plástico, a mí me regalaron un cincel.
Christian es alemán, de Baviera, y ahora vive en Rumanía. Es maestro carpintero, especializado en escaleras, entramado y restauración. La madera forma parte de su vida desde la infancia. Uno de los regalos de su infancia fue un cincel que aún conserva. Se ha desarrollado como carpintero profesional en la cultura alemana de la madera, aprendiendo tanto teórica como prácticamente.
Desde los 14 años, pasaba los sábados y las vacaciones trabajando como aprendiz en una carpintería cercana, junto a los especialistas de la empresa. Así ayudó a construir estructuras de madera e incluso casas de madera. A los 16 años empezó la formación profesional y se especializó en escaleras de madera durante 3 años. Tras graduarse, emprendió el tradicional viaje de los caballos, que duró otros 3 años.
"No puedes hacer este viaje de cualquier manera, tienes que respetar ciertas normas. No debes tener deudas bancarias, ni antecedentes penales, no puedes estar casado ni tener hijos. No puedes dejar a nadie atrás, no debes tener obligaciones. Viajas durante 3 años para aprender y mejorar tus habilidades y durante este tiempo no se te permite tener coche ni teléfono móvil. No se te permite volver a casa en todo el periodo y no se te permite vivir a menos de 50 kilómetros de casa".
Sus tradicionales viajes le llevaron a países de Europa y Sudamérica con trabajos de carpintería y ebanistería. Ha trabajado en Suiza, Francia, Escandinavia, Italia, Bolivia, Argentina, Perú. Tuvo la oportunidad de ver las diferencias en la forma de construir, de estudiar particularidades, de aprender secretos. Viajó por primera vez a Rumanía en 2007 y regresó en 2008.
Después de este viaje, hizo un curso de restauración. Uno de sus profesores le habló de un proyecto social en Mediaș y le preguntó si quería participar. Aceptó y, a los 25 años, viajó de nuevo a Rumanía, pero esta vez vinculado al país.
Proyectos de restauración y talleres combinados con su propia empresa de escaleras y carpintería
El proyecto por el que vino a Mediaș estaba dirigido a niños que querían aprender un oficio. Paralelamente a este proyecto abrió su propio taller y comenzó a realizar diversos trabajos. Ha participado en importantes proyectos de restauración, ha ayudado a salvar monumentos históricos protegidos por la UNESCO como Iglesia de Biertan. Cuenta con clientes y particulares que renuevan o rehabilitan casas antiguas.
Por la forma en que habla de los proyectos de restauración, se nota que le apasiona el tema y que sabe mucho de carpintería y ebanistería. Consigue combinar muy bien los métodos modernos de diseño y el envejecimiento precisamente porque conoce y aprecia la forma de trabajar en el pasado.
"Si nunca has cortado vigas con un hacha no sabes lo que significa y entonces no lo aprecias. Pero si sabes cómo funcionaron una vez entonces lo aprecias, no destruyes y no cortas y tiras un trozo de viga a menos que sea imposible de salvar. Entonces sustituyes y encuentras soluciones reversibles y resistentes que encajen perfectamente. Y la parte añadida tiene que verse, no la escondes. También es tu orgullo haber hecho que esa pieza encaje perfectamente, haber ayudado a salvarla".
Cree que la educación es sumamente necesaria y que es importante conocer bien un oficio. Durante todo este tiempo, Christian ha intentado en cada oportunidad transmitir sus conocimientos sobre la madera y el oficio, dando conferencias y formando a los interesados. Ha enseñado a voluntarios en varias obras de restauración sobre la madera y su recuperación, ha dado conferencias a empleados de empresas de construcción. Le hubiera gustado aunar iniciativas, hacer más por la formación profesional, pero para tener éxito hace falta la implicación de varias direcciones. Y eso a pesar de haber sido invitado por representantes del Ministerio de Educación a formar parte de varios comités de certificación.
De vuelta a la escuela en Alemania, como alumno y como profesor
En 2021 pensó que había llegado el momento de volver a estudiar. Aprendió sobre la resistencia de la construcción, software de diseño y se convirtió en maestro carpintero con derechos de firma.
"En Alemania, un maestro carpintero es el equivalente a un arquitecto o ingeniero de la construcción. Tiene derecho a firmar los documentos del expediente para diversas autorizaciones, como permisos de construcción. También puede hacer cálculos de resistencia".
Desde 2022 enseña en una escuela de maestros carpinteros con sede en Constanza (Bodensee) y en talleres de Baviera. Viaja entre Rumanía y Alemania para enseñar a los estudiantes la resistencia de los entramados de madera, la construcción en madera, los modernos programas informáticos de diseño y cómo dibujar a mano. Dice que ésta es la base: si no sabes dibujar a mano, será difícil aprender el software. Por eso el examen final también se basa en el dibujo a mano.
Se necesita una formación dual. El trabajo debe aprenderse en la teoría y en la práctica
Christian lamenta que en Rumanía no exista la formación dual, que falte el vínculo entre teoría y práctica. Ya no existen escuelas de formación profesional, no hay un verdadero gremio de carpinteros y faltan instituciones que representen a los oficios. De ahí la falta de artesanos, de especialistas y de normas. Normas que deberían imponer las instituciones representativas de los oficios, porque son las que mejor saben cómo debe hacerse un trabajo. Estas normas las impone ahora el ministerio a través de las normas de aplicación.
Hablamos largo y tendido con Christian sobre diversos temas. La entrevista completa aparecerá pronto en youtube Revista Wooden.
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